miércoles, 25 de noviembre de 2009

Marco teórico




Para saber mas sobre esta problemática debemos saber que características tienen los adolescentes de nuestra sociedad actual.

Adolescencia

La adolescencia (del latín "adolescere": crecer, desarrollarse) es un continuo de la existencia del joven, en donde se realiza la transición entre el infante o niño de edad escolar y el adulto. Esta transición de cuerpo y mente, proviene no solamente de sí mismo, sino que se conjuga con su entorno, el cual es trascendental para que los grandes cambios fisiológicos que se produce en el individuo lo hagan llegar a la edad adulta. La adolescencia es un fenómeno biológico, cultural y social, por lo tanto sus límites no se asocian solamente a características físicas.

A diferencia de la pubertad, que comienza a una edad determinada a los doce o trece debido a cambios hormonales, la adolescencia puede variar mucho en edad y en duración en cada individuo pues está relacionada no solamente con la maduración de la psiquis del individuo sino que depende de factores psico-sociales más amplios y complejos, originados principalmente en el seno familiar. Muchas culturas difieren en cuál es la edad en la que las personas llegan a ser adultas. En diversas regiones, el paso de la adolescencia a la edad adulta va unido a ceremonias y/o fiestas.

Concepto

La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que una de cada cinco personas en el mundo es adolescente, 85% de ellos viven en países pobres o de ingresos medios y alrededor de 1.7 millones de ellos mueren al año. La OMS define la adolescencia como la etapa que va entre los 11 y 19 años, considerándose dos fases, la adolescencia temprana 12 a 14 años y la adolescencia tardía 15 a 19 años. Sin embargo la condición de juventud no es uniforme y varía de acuerdo al grupo social que se considere.

Desarrollo psicológico

Adolescente en el vecindario al este de Vancouver, Canadá donde Robert "Willie" Pickton escogía sus víctimas. Todos los individuos, durante el período de la adolescencia, presentan un mayor o menor grado de crisis de desarrollo. Desde el punto de vista práctico, el perfil psicológico es transitorio, cambiante y emocionalmente inestable. El desarrollo de su personalidad dependerá en gran medida de la personalidad que se haya estructurado en las etapas preescolar y escolar y de las condiciones sociales, familiares y ambientales que se les ofrezcan. Los cambios y transformaciones que cubre el individuo en esta etapa son considerablemente acusados tanto en la esfera psíquica como en la orgánica. Algunas de las tareas que se imponen a un adolescente, incluyen:
Aceptar cambios puberales; o que puedan hacerle un cambio al ser que esperamos que llegue;Desarrollo del pensamiento abstracto y formal;Identificación y solidificación de amistades afectivas con probable experimentación grupal con las bebidas alcohólicas, cigarrillos e incluso drogas;Establecimiento de la identidad sexual, mostrando timidez, moralidad y preocupación por su atractivo físico;Lucha por la identificación del «Yo», incluyendo la estructuración de su existencia basado en esa identidad;Alcanzar la independencia, un proceso de autoafirmación, imprescindible para la madurez social-a menudo rodeado de conflictos, resistencia y/o interferencia con su independencia;Logros cognitivos y vocacionales; fuerte interés en el presente y limitado enfoque en el futuro;Capacidad de controlar los períodos de depresión y facultad de expresar necesidades personales y grupales.

En las fases más avanzadas, la capacidad de juicio crítico se extiende a sí mismo, de ahí el sentimiento de culpabilidad como característico de la esfera afectiva y por el cual nacen deseos de rectificación por mecanismos de sublimación y racionalización. Las relaciones con el sexo opuesto se hacen más serias, aumenta su capacidad para establecer sus propias metas, disminuyen los conflictos y aumenta su estabilidad emocional, así como la aparición e identificación de patrones o tendencias aberrantes. El 61.59% de los adolescentes de 12 Años en adelante (Tanto Hombres Como Mujeres) Tienden a ponerse irritables al llamarlos "niños". Dentro de estas características sobresalta una de las referencias que tiene mucho que ver con este tipo de violencias, las tribus urbanas.


Tribus Urbanas: Las hijas de la modernidad

Son agrupaciones juveniles que se identifican mediante la vestimenta y los códigos verbales, gestuales y éticos. Una investigación realizada por una docente de la Facultad de Psicología de la UNC analiza las prácticas de estos grupos en Córdoba.

La emergencia de subculturas en las grandes ciudades ha sido señalada por diferentes sociólogos como un efecto residual de la globalización. La idea de la aldea global, de una sola cultura en la que se anulan las diferencias, encuentra respuesta en la aparición de microsociedades o "tribus" que alteran el mapa urbano.
Pareciera que la variedad cultural?-que, según vaticinadores, sería eliminada en la era de la modernidad - se empeñara por subsistir y acabara recreándose en nuevas formas de culturas metropolitanas. "Frente al anonimato social, los jóvenes tratan de formar sus propios grupos para encontrar un sentido de pertenencia o un espacio social", asegura la psicóloga Griselda Cardozo, quien llevó adelante una investigación sobre estas agrupaciones en la ciudad de Córdoba analizando rasgos como la indumentaria, el lenguaje, las producciones culturales y actividades focales.

Son estas características particulares las que permiten catalogarlos como "punks", "hippies", "tecnos", "metals" o "unders", y a la vez, les confieren cierta identidad que marca la diferencia con otras organizaciones juveniles. "De alguna manera lo que ellos consumen como parte de un estilo les da identidad y los hace distintos a los demás", explica la psicóloga al tiempo que destaca que estas subculturas constituyen "verdaderas comunidades emocionales" en las que buscan sentirse contenidos afectivamente y escapar de la soledad.

Marcando territorio

El trabajo desarrollado por la profesora de la cátedra de Psicología Evolutiva de la Adolescencia y Juventud se centró en los grupos de jóvenes de entre 12 y 25 años que practican skate y bicicleta -skaters y bikers- en el Parque de las Naciones, Patio Olmos, Club Huracán y Paseo Sobremonte. Asimismo, analizó las culturas juveniles "alternativa" y "electrónica" representadas por el público de dos discotecas ubicadas en las zonas del Abasto y el Chateau Carreras, respectivamente.
En todos los casos se registró la apropiación del espacio para el desarrollo de prácticas colectivas como una forma de diferenciación de los distintos grupos. Esta delimitación de territorios adquiere, según Cardozo, rasgos propios: "El Abasto se está convirtiendo en una zona marginada a la que asisten jóvenes provenientes de distintos estratos sociales, pero básicamente pertenecientes al sector medio de la ciudad", afirma y continúa: "El Chateau está rodeado de countrys y barrios residenciales, y eso se refleja en la fuerte discriminación que se aplica al momento de decidir quiénes pueden ingresar a esos boliches, de acuerdo a la posición social y al tipo de consumos".

Marcas identificatorias

Según el estudio, la manera de vestir -look informal y descuidado- aparece como uno de los condicionantes a la hora de ser admitidos en los lugares representativos de la cultura electrónica, con atuendos exclusivos que no se adquieren en los comercios o shoppings. "La idea es mostrarse no convencional, ser únicos, y de este modo distinguirse del resto", comenta la licenciada. La finalidad es la misma entre los jóvenes alternativos, con la variante de utilización de ropa usada o la confección propia del vestuario.
Otras de las marcas que ayudan a diferenciar a ambos grupos es el lenguaje, empleando términos y vocablos que surgen de las prácticas y que constituyen un verdadero "diccionario urbano", difícilmente entendible para la mayoría de la gente (ver recuadro). A ello se suma el estilo de música escuchada, las formas de relacionarse en las que "cada uno está en la suya y ninguno mira lo que hace el otro", y el predominio de una ideología en la que "nadie juzga las prácticas del otro". Tal vez, sea éste el aspecto que más distingue a estas tribus de los skaters y bikers: a diferencia de los grupos nocturnos, estos jóvenes buscan el reconocimiento de sus pares e intentan ser aceptados socialmente a través de sus prácticas. En consecuencia: "Asignan importancia a los riesgos inherentes a sus actividades y valoran la superación, ya que por esta vía consiguen destacarse y ser admirados por los otros", indica la psicóloga.

Qué me importa

"Una tribu se junta según su pensamiento, se agrupa de forma voluntaria, nadie te obliga a nada, vos te juntás con la gente porque querés; acá la sociedad es como que ni te importa", dice uno de los adolescentes entrevistados durante la investigación. El cometario rescata una de las principales características de las tribus urbanas señalada por Cardozo: la falta de interés por lo que ocurre a nivel social. Según la licenciada, particularmente los más jóvenes perciben a la sociedad como prejuiciosa y se sienten "rotulados y mal vistos", pero intentan modificar la imagen negativa que pesa sobre ellos realizando eventos y demostraciones deportivas que permitan dar a conocer las verdaderas prácticas de estos grupos.
Por su parte, los adolescentes de mayor edad que simbolizan las culturas alternativa y electrónica muestran total indiferencia acerca de lo que pasa y piensan "los de afuera". "Viven en un mundo aparte, es decir, no hacen cosas para ser aceptados socialmente; de allí que no tienen proyectos de vida", expresa la licenciada y agrega que la falta de planes a largo plazo se acentúa entre los jóvenes que concurren a la zona del Abasto. "Para ellos es vivir el momento y nada más; se interesan más por la estética que por la ética, lo que revela un estado de anomia y la ausencia de valores", afirma y puntualiza que la situación varía entre los jóvenes del Chat debido a que la mayoría pertenece a un estrato social elevado y son estudiantes de universidades privadas, lo que les permite tener "ciertas expectativas de vida".

Ahora veamos los siguientes factores de riesgo:

Los estudios científicos señalan como principales factores de riesgo en la vida de los miembros de la comunidad educativa a la hora de posibilitar la violencia escolar los siguientes: La exclusión social o el sentimiento de exclusión; La ausencia de límites en el comportamiento social; La exposición continuada a la violencia reflejada en los medios de comunicación; La integración en bandas que hacen uso de la violencia como forma de comportamiento habitual; La facilidad para disponer de armas; La justificación de la violencia en la sociedad o en el ámbito social al que pertenezca la persona.

1 comentario:

  1. hola soy jessika y soy una adolecente y no me gustaria ser parte de ningun problema juvenil

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